Desde que empecé a escribir en internet siempre me ha molestado censurarme, que me censuren, y necesitar que censuren a otros.
Probablemente todos tienen una idea de qué es la censura, pero quiero darles una perspectiva más amplia. En internet la censura no es solo el clásico de que te tumben tu contenido un censor, es también que te lo desmoneticen y tengas que reeditarlo; es tener que capar tu opinión para que calce en un estándar; es tener que evitar temas sensibles para no tener problemas con sectores radicales; entre otras cosas que iré mencionando.
La censura también sucede cuando usas o compartes contenido de terceros y alguna agencia contratada para proteger sus derechos de autor manda una denuncia a tu plataforma y, por su culpa, te retiran el contenido, lo desmonetizan, o debes quedarte días sin ese contenido mientras la plataforma procesa tu queja. La agencia se encarga de mandar estas denuncias casi en automático, sin importar cuáles hacen uso justo legítimo o no.
No digo que esté mal proteger los derechos de autor, pero hay formas de compartir material respetando los derechos, haciendo uso justo, e incluso manteniendo derecho para lucrarse de contenido derivado, y está mal ir denunciando todo lo que lleve el nombre o contenido de tu compañía. Hay incluso casos de descaro como el de Nintendo que tenía una política muy restrictiva con sus juegos, lo cual no solo perjudicaba a su comunidad sino a los creadores de contenido aficionados a la marca y sus productos.
Hay compañías a las que simplemente no les gusta que hablen de su contenido y, aunque el uso del contenido sea apropiado, suelen tener una política de abusar de los protocolos de las plataformas para censurar lo más posible a quienes usan su contenido.
Cuando un creador de contenido ve que tiene problemas para hablar de ciertas obras de ciertas compañías, o incluso de hacer un formato de contenido en específico que le trae muchos problemas, el efecto que se da es que evitará en lo posible repetir los mismos problemas; por lo tanto eso influirá en su proceso creativo llevándolos incluso a la autocensura.
Otra forma de censura es evitar ciertas palabras que son sensibles para los bots que moderan las plataformas, incluso aunque en contexto y tratamiento son palabras que están teniendo un uso apropiado y muchas veces necesario. El contenido también tiene la capacidad de educar y no solo de entretener, pero esas posibilidades a veces se ven capadas por la sensibilidad de las plataformas que usamos.
Sin embargo estos problemas son algo que desde el punto de vista de una base de datos, dónde los anunciantes pujan por los mejores lugares para anunciarse, no tiene tanta relevancia; lo que importa es que el contenido parezca estar limpio, no hay tiempo ni ganas de revisar con lupa que está haciéndose de forma justa. Primero censuramos, luego revisamos si la censura era merecida o no.
Otro tipo de censura del que estoy bastante preocupado en lo personal es el rastreo por parte de entes de estados. Con un solo clic puedes quedar fuera de Internet indefinidamente violando por completo cualquier derecho a expresarte. Puedes quedar prohibido en una nación entera o incluso puedes tener la mala suerte de ser visitado por las autoridades por decir algo que, según ellos, no debías.
No debes decir algo tan estúpido como Winnie The Pooh (adiós, China) según dónde estés. Y sí, suena lejano y casi inverosímil que pase, pero ese es el mundo real y a quienes le suceden este tipo de cosas son seres humanos igual que tú y yo.
Me puedo pasar todo el día tocando palos sobre este tema y pensando en cuál forma está más propensa a afectarnos, pero lo importante es ver el cómo esto nos afecta a todos a la vez, el como afecta el contenido que consumimos, y el cómo nosotros también vemos la censura como algo necesario de todos modos y seguirá siendo parte de nuestra vida.
A pesar de que me preocupa la censura injustificada o injusta, a veces la censura, por supuesto, sí parece necesaria. Yo sé que grupos de Facebook, por ejemplo, quiero que cierren siempre que los veo (esos de ped… Ustedes saben cuáles). Yo sé que fakenews sobre sustancias que la gente no debe tomar bajo ninguna circunstancia me parece peligroso que ronden por internet diciendo que los va a salvar del coron… Ustedes saben qué.
Lo ridículo es que mientras pido dicha censura no puedo poner las palabras claves que identifican dicho contenido dentro de mi ensayo porque eso podría lanzar una alarma a un bot y causarme problemas de monetización o posicionamiento por una tontería. ¿Resultado? Así sea para criticar aquello que creo que está mal no puedo hablar abiertamente de ello porque sino me causo a mí mismo incomodidades, por ello me toca censurarme.
Probablemente estoy pecando de mezclar cosas al querer hablar de todo, pues una cosa es las políticas agresivas sobre derechos de autor y otra es la censura por contenido «sensible», pero yo quiero hablar sobre todo lo que, de un modo u otro, termina afectando a los creadores de contenido.
No hay una solución todavía para este problema que vivimos a diario, de hecho, lo que parece es que con el tiempo podría hacerse peor. Lo más recomendable para los creadores de contenido es intentar no depender de los sistemas de monetización automáticos, que son los más agresivos, y sí más de los sponsors directos y las donaciones de la comunidad; siempre apelar cuando algo nos parece injusto; y, por supuesto, intentar alejar nuestras plataformas, y también a las personas, de la influencia de entidades muy represivas.
No nos queda otra que vivir con la censura, respirar la censura, ser la censura, odiar la censura, pero intentemos, de todos modos, siempre hablar de lo que nos venga en gana.
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