El tercer episodio de la serie The Last of Us de HBO Max se centró en la vida de los personajes Bill y Frank. Aunque estos personajes ya eran conocidos por los fanáticos de los videojuegos, se les dio una historia más profunda en la versión en vivo. La enfermedad terminal de Frank convirtió el episodio en uno de los más desgarradores de la televisión.
Aunque la enfermedad de Frank nunca se mencionó explícitamente en la serie, es probable que sea el Parkinson. Esta enfermedad daña el cerebro y causa síntomas como sacudidas y temblores involuntarios, movimientos lentos, rigidez y insomnio. Actualmente, el Parkinson es incurable y su deterioro es gradual pero imparable.
El episodio nos muestra que, aunque el Cordyceps es una gran amenaza en el mundo de la serie, hay otras enfermedades que pueden ser aún peores. Mientras la humanidad lucha contra el apocalipsis zombi, otras enfermedades también representan un peligro mayor. El amor y propósito que Bill y Frank encontraron el uno en el otro hizo que la enfermedad de Frank fuera aún más dolorosa, pero también demostró la importancia de encontrar alegría y amor en un mundo oscuro y peligroso.
«The Last of Us» presenta un personaje con Parkinson en el tercer episodio
La nueva serie de HBO Max, The Last of Us, ha sido todo un éxito desde su estreno y su tercer episodio ha sido uno de los más impactantes de todos. Este episodio se centra en dos personajes clave, Bill y Frank, y en su relación antes de conocer a Joel. Pero, además, también destaca la enfermedad que afecta a Frank hacia el final del episodio.
Frank padece una enfermedad que es muy probable que sea Parkinson. Este trastorno neurodegenerativo afecta a diferentes partes del cerebro y causa temblores, rigidez, movimientos lentos y otros síntomas. Desafortunadamente, actualmente no existe cura para la enfermedad de Parkinson y su evolución es imparable y mortal.
La triste historia de Frank y Bill demuestra que, aunque la humanidad esté enfrentándose a un apocalipsis zombi, existen otros peligros más mortales y no evitables. La enfermedad de Parkinson es una realidad que afecta a muchas personas y no da tregua.
El hecho de que Frank padezca esta enfermedad en un mundo postapocalíptico aumenta la intensidad de la historia y hace que el espectador reflexione sobre la fragilidad de la vida y la importancia de encontrar un propósito y un sentido en la existencia.
En resumen, el tercer episodio de The Last of Us ha sido uno de los más emotivos y impactantes de toda la serie, gracias a la presentación de un personaje con Parkinson. La triste historia de Frank y Bill demuestra que, aun en medio del caos y la desesperación, el amor y la humanidad pueden brillar y hacer que la vida tenga un sentido.
La intolerancia se refleja en la puntación de la serie.
Lo que hemos visto ayer con la relación entre Bill y Frank es sin duda algo que superó todas las expectativas. La forma en que la serie ha logrado mostrar una relación homosexual de una manera auténtica y emocionante es algo que debería ser celebrado y no criticado. La verdad es que aún existen muchos prejuicios en contra de la comunidad LGBTQ+ y esto puede ser visto claramente en las votaciones del episodio. Aunque la mayoría de las votaciones fueron de un 10, un porcentaje significativo de personas decidieron votar con una sola estrella. Esto es lo que se conoce como «review bombing» y es un claro ejemplo de cómo la intolerancia y el odio pueden influir en la percepción de algo.
Sin embargo, es importante destacar que esta relación representa un paso adelante para la representación y visibilidad de la comunidad LGBTQ+. Es necesario seguir luchando para asegurarnos de que todas las relaciones sean tratadas con igualdad y respeto, independientemente de su orientación sexual. Debemos apoyar a los creadores de contenido que se esfuerzan por mostrar relaciones diversas y auténticas en la pantalla. En definitiva, este episodio demuestra que el amor es amor, sin importar quién sea.